¿Tengo aún derecho?

¿tengo derecho de extrañarte ahora?
después de ¿cuánto?... ¿cuatro, cinco meses?
tengo derecho o ¿lo perdí al no darte ese beso necesario?
al no darte ese abrazo necesario
al no mirarte como era necesario.

¿tengo derecho?
después de no extrañarte durante ¿cuánto?... ¿cuatro, cinco meses?.

¿Tengo derecho?
de sentir tu ausencia dolorosamente, ansiosamente, utópicamente,
al imaginarte aquí, viniendo a mi, viajando a mi, pisando tierra chilena por mi.

¿Tu me habrías tratado con cariño no?
tu lo habrías hecho,
sí, estoy segura que sí
tu lo habrías hecho,
y en un abrir y cerrar de ojos me habría enamorado
y habría querido huir contigo
olvidarme de casa, trabajo, familia, amigos,
pensar que todo éramos tu y yo.

¿Tu me habrías tratado con cariño no?
tu lo habrías hecho,
sí, estoy segura que sí
tu lo habrías hecho,
pero te habrías ido, inevitablemente,
como sucedió un mes después,
por eso huí, me fui primero, anticipadamente,
antes si quiera de lo lógico,
una huida totalmente inesperada.

Te di la espalda
antes de mirarte nuevamente a los ojos
esos ojos claros que me miraban tristes
esos ojos claros que hasta el día de hoy recuerdo
esos ojos claros que me mataron al conocerte
esos ojos claros que me miraron y callaron
esos ojos claros que bloqueé en mi memoria para no sufrir
esos ojos claros que revivieron ahora, después de ¿cuánto?... ¿cuatro, cinco meses?.

Huí antes para no dañarme, para que no me dañaras
porque tu cariño habría echo en mi estragos
porque tu regreso habría echo en mi tormentas
porque tu ausencia me habría trastocado
y el vacío me habría enloquecido.

Por eso mulato mío: ¿tengo aún derecho?.

Pan ni pedazo

¿Y qué quieres?
que te lo pida así
cara dura, de frente
¿cómo si fuera algo tan natural?

¿Y qué quieres que diga?
qué palabras debo pronunciar,
¿en cualquier momento?,
¿en cualquier lugar?,
¿cómo si fuera lo más normal?

¿Y qué quieres que sienta?
qué quieres que muestre
acaso quieres que olvide
que recuerde
¿cómo si fuera tan real?

¿Y qué quieres que te pida?
si a ti no puedo pedirte nada
nada puedes darme
nada te pediré
si tu quieres algo de mi
de ti tendrá que salir.

¿Y qué quieres?
ya sé,
no quieres perder
pan ni pedazo,
te aviso altiro
¡no seviré jamás
de segundo plato!.

A celebrar, que...

...el dieciocho ya son treinta
treinta años
treinta penas
treinta alegrías y felicidad.

Ya son treinta
treinta aproximados
treinta fugados
treinta escondidos
por pudor, vergüenza, timidez.

Ya son treinta
amigos, amigas, familia,
todos queridos
cercanos, al lado mío.

Ya son treinta
y se esperan, por lo menos,
treinta más
ya que treinta es muy poco
para sólo pensar en treinta más.

Ya son treinta
y habrá que celebrarlos
que la vida es corta,
y los años, cada año, también.
Brindar treinta veces
para celebrar treinta años.

Y ya son treinta
y el cambio de folio es tremendo
pero dignamente acepto
que la imagen ya no es la misma
que el espíritu es mayor
que la madurez casi tocó techo
que estoy lista para vivir.