Agnosticismo

Me confieso agnóstica, prácticamente desde que salí del colegio de monjas en la que estudié los últimos 6 años.
Pero qué es?, trataré de explicar esta nueva tendencia del pensar, que para muchos interpreta de forma arrogante la afirmación o negación de la existencia de Dios. Aquí va la definición oficial, de la Real Academia de la Lengua Española:
"Actitud filosófica que declara inaccesible al entendimiento humano todo conocimiento de lo divino y de lo que trasciende la experiencia."
Otra definición se refiere al agnosticismo como “Doctrina que afirma que lo absoluto, y especialmente la idea de Dios, están más allá de las posibilidades del entendimiento humano. No niega ni afirma la existencia de Dios, pero sostiene que hay que creer solamente en lo que puede ser probado”.
Pero el Agnosticismo lejos de ser una negación total de la existencia divina, como lo afirma el ateísmo, plantea una posición filosófica que señala que el entendimiento humano no puede conocer lo absoluto y, por lo tanto, no opina o enjuicia aquello que es trascendente.
A juicio del filósofo chileno Carlos Ossandon, “el agnosticismo afirma muy pocas cosas. Se atiene a lo dado, a los fenómenos, a aquello accesible a la experiencia humana”, pero aclara que no se trata simplemente de una actitud positivista, puesto que aquí entran en juego las subjetividades de cada individuo, lo que hace del agnosticismo una postura muy diversa. “No estamos delante de una filosofía rígida o frente a un dogma, sino más bien a una actitud existencial, por lo tanto no siempre es fácil determinar sus alcances”.
Implícitamente, puede existir en el agnosticismo una cierta desconfianza frente a la reglamentarización de lo misterioso. “Pueden decir que justamente al ser algo un misterio o trascendente, no está sujeto de ser administrable o conducido por ningún poder. Algo que más de algún agnóstico puede ver como burocracia de la fe”
Ahora, en sentido contrario, desde los sectores más conservadores de nuestro país, parece surgir un cuestionamiento frente a los valores éticos y humanos de una persona que no práctica la religión. Pero según el filósofo y agnóstico Umberto Eco, existe una estrecha relación entre las visiones valóricas de quien profesa la fe y quien no. Por esta razón es interesante destacar que finalmente los valores a los que se llega por ambas vertientes son sorprendentemente parecidos.
¿Debemos entonces cuestionar la integridad valórica o moral de los simpatizantes del agnosticismo?. Pues mi respuesta es rotunda. Como todo movimiento espiritual individual, que no busca el reclutamiento por temor al castigo o que esclaviza a sus seguidores, esta orientación frente a lo divino o misterioso, merece nuestro respeto y aceptación, aunque no lo compartamos.